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Y acá estamos mirándonos a los ojos de la forma que siempre quisimos:  Saboreando nos, descubriéndonos, recordándonos... Como en nuestros mejores sueños de hace años cuando ninguno creía que el uno podía llegar a interesarse en el otro. Creyéndonos con suerte de que las cosas por fin se dieran, cuando ya estábamos resignados casi a que jamás coincidiéramos en tiempo y espacio con las mismas expectativas. Como si existieran las casualidades, como si el universo se rigiera por coincidencias! Y aquí, y ahora, sin antes, sin después, disfrutando el único momento que existe, en el que tu cuerpo y tu alma se fundieron conmigo, de la mejor manera que se puede ser feliz: sintiendo, sin pensar...